
Este grupo de chicas, tras jugar un año consiguieron que muchas nadadoras del club que dejaban o que pretendían dejar de entrenar natación, por los estudios u otros motivos, se unieran a ellas formando un numeroso equipo.
Los comienzos fueron duros para el equipo, pero gracias a su primer entrenador Juan Cegarra, el cual les convenció para que no dejaran de jugar y les enseñó la base del waterpolo. Y por supuesto a su actual entrenador Guillermo González, el cual llegó a un equipo femenino de waterpolo de 14 chicas, todas antiguas nadadoras, pero con pocos conocimientos sobre el deporte del waterpolo.
Desde el primer momento, se propuso convertir a un grupo de chicas que jugaban para pasar el rato, en un equipo competitivo y temido por sus rivales, objetivo que consiguió y que seguirá consiguiendo.
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